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Por Emiliano Galli

Los sindicatos marítimos que representan a los Patrones Fluviales, maquinistas y conductores navales, y obreros marítimos (SOMU) informaron, por separado, los acuerdos a los que arribaron con la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), que permitió levantaron el paro que pesaba sobre el servicio de remolcadores portuarios.

Los días de paro, además, no serán descontados a los trabajadores. “FENA ratifica su posición según la cual no corresponde abonar los días en que un trabajador ejerce su derecho de huelga. Si perjuicio de ello, en atención a las exhortaciones realizadas por la Autoridad y a fin de propender a la paz social y resolver el conflicto, en esta única ocasión, acepta no descontar los días de huelga de diciembre 2020 y enero 2021”, señaló la federación naviera.

El conflicto con la Cámara de Armadores y Remolcadores (CAR), que integra a la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), radicaba en el reclamo gremial de lograr equiparar los salarios de los tripulantes de los remolcadores de puerto con los embarcados en el resto de los buques de cabotaje fluvial y marítimo, un diferencial que roza el 20%.

Primer acuerdo
Los primeros en anunciar el acuerdo fueron el SOMU, maquinistas y conductores navales.

“Arribamos a un acuerdo poniendo fin al sistema de ajuste salarial por IPC, que según lo acordado desde el 1° de abril de 2020 y el 31 de octubre de 2020 arrojó una actualización de salarios del 17,57%”, señalaron los sindicatos.

Las partes acordaron un aumento en etapas desglosado de la siguiente manera:

6% sobre los salarios ajustados en noviembre 2020.
6% en diciembre 2020.
6% en enero.
5,5% en febrero.
3,5% en marzo.
“Todos los porcentajes (se consideran) acumulados sobre el mes anterior, arrojando un 44,24% en el año paritario abril 2020 a marzo 2021”, apuntaron.

Patrones
En acta separada, el Centro de Patrones Fluviales selló su propio acuerdo con FENA, en representación de la Cámara de Armadores y Remolcadores.

En este caso, percibirán un 6% en diciembre 2020 sobre la base de los salarios vigentes en noviembre 2020; un 4% en enero sobre los salarios de diciembre, más un 2% no remunerativo; 3,5% en febrero más un 2% no remunerativo; y un 3,5% en marzo.

“El presente reajuste absorbe cualquier incremento salarial, suma remunerativa o no remunerativa otorgada o por otorgar por el Estado, o por cualquier empresa representada por las cámaras que integran FENA aplicable al período paritario comprendido entre el 1° de noviembre 2020 y el 31 de marzo de 2021”, señala el acta firmada por Julio González Insfrán y Pedro Díaz, por el Centro de Patrones, y Leonardo Abiad y Guido Ruocco, de FENA.

Las partes volverán a negociar paritarias a partir de abril, pero se reunirán en el Ministerio de Trabajo a partir del 1° de marzo para “discutir ampliamente las cuestiones relativas a la actividad (estructura salarial y condiciones laborales) que las partes deseen proponer, con la FENA”.

Lanchas de prácticos
No obstante estos acuerdos, persiste un conflicto en el ambiente marítimo, y es el que mantienen tanto el SOMU como el Centro de Patrones, esta vez, con la cámara que agrupa a las empresas que operan las lanchas que trasladan a los prácticos (Calaprac), y que en este caso afecta el servicio en el río Paraná.

De acuerdo con los sindicatos -que lograron la adhesión solidaria de la Intersindical Marítima Portuaria y Afines del Cordón Industrial (IMPACI), que manifestó el estado de alerta- “la cámara que nuclea a las empresas se niega a avanzar en la negociación colectiva vencida en septiembre de 2020”.

La IMPACI agrupa no sólo a los Patrones y al SOMU, sino a los apuntadores marítimos; los recibidores de granos (URGARA); los serenos de buques; los trabajadores de vigilancia privada; los estibadores de San Lorenzo (SUPA); el gremio de carga y descarga; el personal jerárquico de marina mercante, y a los empleados gastronómicos y hoteleros.

La intersindical advirtió que “de no alcanzarse una solución que se ajuste a los requerimientos de los compañeros marítimos en el marco de la conciliación obligatoria, se evaluarán las medidas a tomar en solidaridad con Patrones y el SOMU”.

Quiebra
En el marco de la pandemia y la recesión económica que redujeron la actividad marítima, sumados a los costos laborales estructurales que se arrastran históricamente, más las desventajas competitivas respecto de banderas regionales, los paros de fin de 2020 determinaron el cese comercial de, al menos, algunas embarcaciones.

“Son servicios esenciales (los remolcadores de puertos y las lanchas de prácticos). Así que vamos a donar embarcaciones a Prefectura para que realice los servicios o a amarrar embarcaciones. No sé qué van a hacer los gremios cuando esto pase”, advirtió un empresario marítimo argentino.

Las empresas navieras que realizan la menguada marina mercante argentina insisten que se encuentran en situación de “quiebra” por razones comerciales y laborales desde hace varios años ya.

Las leyes que se sancionaron para impulsar un desarrollo, que permitiera por lo menos condiciones de supervivencia, quedaron vacías de contenido con los vetos presidenciales del ex presidente Mauricio Macri.

La agenda sectorial no encuentra puntos de consenso para el desarrollo de vectores de competitividad. Sólo acuerdos forzados paritarios, en un círculo de involución permanente.