ELEVE | 6/2016
El transporte por barco es más económico y contamina menos que el terrestre. Sin embargo, sólo 1,5% del traslado de cargas de cabotaje se realiza por vía fluvial; un 93,1% en camiones y 5,4% por tren, de acuerdo a un estudio de la Federación de Empresas Navieras (FENA).
El trabajo cita un informe del Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (Cecreda), destacando que -a precios de 2013- el costo de traslado llegaba a $ 97 por tonelada en camión; en tren costaba $ 36 y en barcaza $ 23. Esto convierte a la Argentina en el segundo país de América latina que mayor porcentaje de su PBI destina a logística (27%, detrás de Perú, que ocupa el primer puesto con 32%, y lejos del promedio de los países de la OCDE, que destinan 9% del PBI a Logística, según datos del Cippec).
Tanto en el transporte de cabotaje como en el internacional, la mayor parte de la flota es de bandera extranjera. En el caso de las barcazas para traslados fluviales, un 95% son de bandera paraguaya. El país vecino tiene la segunda flota fluvial del mundo, mientras Argentina fue perdiendo sistemáticamente la suya.
En cuanto al transporte marítimo para el comercio internacional, casi la totalidad de los traslados se hacen con compañías extranjeras, lo que incrementa el déficit comercial por fletes marítimos. «Si ingresaran más empresas nacionales a este mercado, se podrían crear 15.200 puestos de trabajo y se ahorrarían u$s 1.650 millones, con una contribución del 0,2% al PBI», destaca el informe de FENA, entidad creada a fines de 2015 y que agrupa a 17 compañías navieras locales En tanto, un 70% de las importaciones llegan al país por empresas de transporte marítimo internacional. El ingreso de compañías nacionales implicaría la generación de 14.700 empleos e ingresos por u$s 1600 adicionales.
«Por regulaciones excesivas, tanto en los impuestos y cargas sociales, como en las normas laborales, poner una carga en una barcaza o barco de bandera nacional es más costoso que hacerlo en una línea extranjera», comenta Claudio López, titular de una naviera local y Presidente de FENA.
«Debemos recuperar el tráfico local e internacional que hoy está atendido por empresas y personal extranjero, para generar crecimiento y agregar valor a la producción local», subraya el empresario. La realidad es que, aunque genera empleo sostenidamente y en una proporción mayor a la del transporte terrestre, la flota marítima y fluvial está estancada desde hace una década por falta de inversiones.
Los empresarios del sector piden una Ley de Marina Mercante que permita a las compañías locales competir con las extranjeras sin que esto signifique mayores costos para los usuarios, ya que el precio del flete se define internacionalmente.
En especial, solicitan un esquema impositivo y normativas laborales y de seguridad que no impliquen duplicar sus costos frente a empresas extranjeras, y destacan que la industria ya es competitiva por la capacidad de sus profesionales y el cumplimiento de normas internacionales de calidad, cuidado ambiental y seguridad.
En cuanto a las perspectivas de crecimiento del sector, los empresarios se mostraron optimistas en el mediano y largo plazo. «Nuestro principal mercado está en la zona sojera de la Hidrovía», comenta López. «Si Argentina refuerza su comercio internacional, ya sea en el Mercosur como en el Tratado del Pacífico, nuestra actividad va a mejorar».