Infocampo | 9/6/2016
Alcanzó a 17% del valor final del flete marítimo, lo que preocupa a los productores, exportadores y compañías marítimas.
El costo portuario en la exportación de soja alcanzó a 17% del valor final del flete marítimo, lo que preocupa a los productores, exportadores y compañías marítimas porque quita competitividad a la Argentina ante Brasil y Estados Unidos y contrasta con la caída de 70%, en 8 años, en las erogaciones para transportar cada tonelada oleaginosa nacional a China.
“El costo portuario de cada tonelada de soja para exportar asciende a u$s 6,48; número que comparado con un flete marítimo a China, de u$s 38 por tonelada, representa un 17% de este último”, establece un análisis elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Esta cifra es significativa si se tiene cuenta que, por ejemplo, en junio de 2008 el flete marítimo de Argentina al gigante asiático llegó a ubicarse en u$s 137 la tonelada, y que el número actual de costos portuarios de u$s 420.956 por embarque representaría apenas el 5% del valor de aquella época”, concluyeron los especialistas Guillermo Wade y Julio Calzada, de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Es tal cual lo indica ese trabajo”, destacó a Télam, Marcelo Sibione, de la Federación Argentina de Empresas Navieras (FENA), quien señaló que las compañías ya comenzaron “a trabajar con el Gobierno para mejorar la competitividad. Es un dato del que ya tomaron nota en el Ministerio de Transporte y se abrió una comisión de análisis entre el Estado, los sindicatos y las empresas”.
“El costo portuario de cada tonelada de soja para exportar asciende a u$s 6,48; número que comparado con un flete marítimo a China, de u$s 38 por tonelada, representa un 17% de este último”. Por su parte, el presidente de FENA, Claudio López, precisó a esta agencia que junto a la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que conduce Jorge Metz, “se está analizando el modo de reducir el costo del transporte”.
“Las navieras no tenemos incidencia en los costos portuarios, pero sí estamos decididos a bajar los costos de los remolcadores y del transporte de cabotaje. Todos tenemos que aportar: el Estado, los gremios y las empresas”, indicó el titular de la Federación.
En tanto, Calzada, de la Bolsa de Rosario, sostuvo que “evidentemente estamos ante un importante costo del sistema portuario argentino que debe ser muy tenido en cuenta y ponerlo bajo la lupa por nuestra fuerte competencia con Brasil y Estados Unidos en la colocación de la soja y sus derivados”.
“De allí la importancia de ser eficientes y que haya racionalidad económica en ellos para no elevar el costo argentino”, precisó el director del área de Estudios Económicos.
Los costos portuarios relevados por el análisis de la entidad rosarina son el derecho de entrada, faros y balizas; el uso del muelle; pilotaje y practicaje sobre el Río Paraná y en puerto; el peaje a Hidrovía; amarre y desamarre; servicios de supervisión y jefe; horas extraordinarias de Aduana; migraciones; gastos sanitarios; inspección de bodegas y tanques; control obligatorio de desechos y basuras; y los honorarios del agente marítimo.
“Creamos un marco de 60 días para analizar, entre el Gobierno, los sindicatos y las empresas, tres cuestiones principales que hacen a los costos, como son la necesidad de simplificar la operación de las compañías; reducir los impuestos distorsivos, y bajar los costos laborales, que no es lo mismo que recortar el salario”, destacó el titular de la FENA.
Sobre la simplificación para operar, las compañías pretenden que la estructura impositiva se unifique en un impuesto por tonelaje para cada barco.
En materia de impuestos distorsivos, desde FENA señalan que cuando los barcos cargan combustible, tributan una carga que a su vez el fisco emplea para subsidiar el precio que abonan los camiones por el gasoil, lo que las compañías navieras consideran una decisión sesgada en beneficio de sus competidores.
En cuanto a los costos laborales, la entidad gremial empresaria naval quiere discutir el actual sistema donde la tripulación trabaja cinco meses al año y cobra trece salarios, sumado el aguinaldo.
“No queremos bajar sueldos, pero creemos que es hora de sentarse y ver cómo hacemos para que se trabaje la cantidad de meses que lo hace un trabajador de cualquier actividad”, explicó López.